"Eran ya dos años de invierno y ventanas cerradas, cuando tú
llegaste y empecé a encontrarme estrellas enganchadas en el fondo de los
bolsillos. Sé que obligaste al mundo a orbitar del revés. En la radio
ponían las canciones que se me habían perdido. Los amigos comenzaron a
regalarme libros de poesía, galletas horneadas en casa y esquejes para plantar
geranios. Gané una quiniela y una aspiradora. Y si daba una ojeada al
periódico, solo caía por azar en las buenas noticias.
O tal vez no pasó nada de todo eso. Pero lo que sí es seguro es que te
conocí y que tú trajiste contigo los días buenos."
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