Espero ser lo que espera, sin dejar de ser quien soy. Y es que tengo miedo de perderme otra vez, de vaciarme emocionalmente y volcarme en exceso sin saber como volver a llenarme si en algún momento decide acabar con todo.
Mis inseguridades me consumen aplastando mi autoestima. Necesito ser lo suficientemente buena. Y aún sabiendo que quizás él no cambiaría nada, no se trata de él, se trata de mi, de mis temores y exigencias. Es mi propia mente enfrentándose contra una percepción de mi misma y del amor alimentada por el dolor y las decepciones. Puede que todo sea una cuestión de confianza, confianza en que las cosas pueden salir bien, en que los patrones no tienen por qué repetirse, en que pueden aceptarme tal y como soy y, por lo tanto, en mi misma. Puede que solo tenga que quitarme el lastre que llevo conmigo desde hace ya casi trece años. Pero sinceramente no sé por dónde empezar.
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