martes, 18 de febrero de 2014

{ óscar hahn }

Tuve una vez un gran amor 
que derribó mi casa 
agrietó mis puentes 
y me hizo perder el equilibrio 
Después vinieron las réplicas: 
amoríos de baja intensidad
que ni siquiera
me hicieron temblar
En cuanto al gran amor
ay mísero de mí
todavía respira
debajo de las ruinas.

No hay comentarios: