domingo, 5 de enero de 2014

{ insomnio }

Le dan las 4 y él sigue ahí, en su cama, dándole vueltas a cabeza. 
Conoce la sensación, el cansancio en el cuerpo, pero a pesar de ello no puede conciliar el sueño ya que miles de pensamientos le invaden al llegar la noche. Izquierda, derecha, boca arriba y boca abajo, no hace más que dar vueltas y sigue sin poder dormir. Se levanta, va al baño, vuelve. Siente los pies fríos, se siente frío en general y le entran ganas de salir; fuera puede distraerse con lo que le rodea, puede indagar en vidas ajenas y solucionar los problemas de otros mientras él se hunde en los suyos, se hunde en una familia que ya no siente como tal y es que su casa solo son muros vacíos donde tener cosas que ahora son más objetos que sentimientos, ya no es su hogar; se hunde a sí mismo en relaciones complejas, donde lejos de sentirse mejor, se consume insatisfecho y donde en definitiva, sigue hundiéndose sin más creyéndose cada vez más vacío e insensible. Y los culpa a todos sin darse cuenta de que es uno quien elije de quien se rodea, como sentirse y lo que hace con su vida. Quizás cambie cuando crea que ha llegado el momento y quiera al fin respirar, y a lo mejor sea tarde para decirle que aquel día estaba más preciosa que de costumbre y para dejar los malos hábitos de estos últimos años, para entusiasmarse de nuevo con las pequeñas cosas de la vida y volver a tener perspectiva e ilusión; y a lo mejor no es tan tarde y por fin las cosas empiezan a encajar donde deben, quién puede saberlo sin intentarlo al menos una vez y cómo va a correr el riesgo. 
Le dan las 5 y él sigue ahí, en su cama, dándole vueltas a la cabeza.

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