miércoles, 28 de diciembre de 2016

{ quédate }

Hacía tiempo que no escribía. Supongo que saber que me vas a leer me cohibía y tampoco encontraba el momento para sacar de dentro lo que siento por ti, el caso es que estoy anclada y escribir siempre me ha ayudado a ver las cosas más claras. Así que haré mi mejor intento.

Te quiero.

Es algo que sé con seguridad. Te quiero con todo mi corazón, con mis ojos y mis manos, con mis labios y mi nariz. Te quiero con todo mi yo. Eres especial. Un ratito contigo me devuelve la luz, me da la calma que me falta, me ayuda a despejar la mente, a olvidar el tiempo y el mundo. Eres tú, y soy yo contigo. No hay más.
Desde que volviste comprendí que tu orden de prioridades había cambiado, que estabas aquí, para mi, por nosotros; y quise seguir como si nada hubiese pasado, pero no pude. Me dolía pensar que necesitaste perderme para comprender que yo había estado ahí para ti, que era tu incondicional. 
No supe seguir sin pensar que quizás allí fuera encontraría quien no tuviese que dejarme pasar para comprender que el tiempo es un regalo que no vuelve.

Y no te amo.

Murió mi ilusión desde el momento en el que mi amor se quebrantó. No he dejado de quererte, solo he dejado de pensar que eramos invencibles. Supongo que se me desgastó el entusiasmo. Y me estanqué. La rutina se hizo dueña del tiempo y comprendí que sobrevivíamos. Cerré puertas en mi que ya no te he dejado abrir, y siento que mido lo que doy por miedo a esperar más.

Y no puedo seguir así. Con ese vacío casi lleno. Con ese agujero en el pecho queriendo llenarse sin dejar nada entrar. Soy contradicción, lo sabes. Pero me conoces lo suficiente también para entender a lo que me refiero. Por eso quédate y vete. Lo suficientemente lejos para dejar que me sienta completa sin ti, lo suficientemente cerca para encontrarte cuando me encuentre.

No hay comentarios: