viernes, 2 de mayo de 2014

{ te quiero }

El silencio se confunde con el eco de nuestros latidos y esta paz que se puede hasta respirar. La piel se nos funde entre el calor de las sábanas, y el suave tacto de las telas se confunde por un momento con el de tus mejillas. Mis dedos se deslizan por tu rostro memorizando cada rincón y tus ojos se pierden en los míos llenando mi alma con una sensación tan grande que ya no hay más. No hay más que este segundo, -infinito segundo-, y esta conexión tan intensa que queda reflejada en como nuestros cuerpos se entrelazan entre sí, en como tus brazos me rodean presionándome contra tu pecho. Y tengo la sensación de que no hay otro lugar mejor en el que acurrucarse, en el que olvidarse del mundo, al que llamar hogar. Y siento que me quieres de una forma tan pura e inocente que me es imposible no corresponderte, no pensar en volver.

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