martes, 14 de enero de 2014

{ las ventajas de ser un marginado }

No sé si tendré tiempo para escribir más cartas por que podría estar demasiado ocupado intentando implicarme, así que si esta acaba siendo mi última carta quiero que sepas que me encontraba mal cuando empecé el instituto y tu me ayudaste. Aunque no supieras de que hablaba ni conocieras a nadie a quien le hubiera pasado lo mismo, hiciste que no me sintiera solo. Sé que algunas personas dicen que estas cosas no pasan, y que hay gente que olvida lo que es tener 16 años en cuanto cumple los 17, y sé que algún día todo esto serán anécdotas, que nuestras fotos se volverán viejos recuerdos y que todos nos convertiremos en padres o madres de alguien. Pero ahora mismo estos momentos no son anécdotas, esto está pasando, estoy aquí y la estoy mirando, por que es preciosa. Puedo verlo. En ese instante te das cuenta de que no eres una historia triste, estas vivo: te pones de pie, ves las luces sobre los edificios, todo lo que hace que te asombres, escuchas la canción de aquella noche con las personas que más quieres en el mundo y, en ese instante, sientes que somos infinitos.

No hay comentarios: