lunes, 9 de diciembre de 2013

{ sueño }

Me moría de ganas por que el teléfono no sonara. Hay días en que odio más a la alarma que de costumbre. Esos días en los que la paz del ambiente nos envuelve hasta que el espacio que nos rodea se acaba limitando a la distancia que queda entre nuestros cuerpos. Entre tu cabeza y mi pecho. Entre tú y yo.
Y por eso no puedo evitar controlar a toda costa los latidos de mi corazón, reteniendo el aire o lo que sea que llevo dentro, para que no notes que estoy despierta mientras cuelas tu mano en ese hueco que quedó entre la camiseta y mi piel. Y sentir así, tus caricias un poco más, respirarte un poco más y entenderme un poco menos.

No tenía sueño, te tenía a ti. 
Como te gusta invadir mi espacio. Como me cuesta evitar que lo hagas. 

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