martes, 8 de octubre de 2013

{dormir}

Que paz se siente al dormir a tu lado.
Dejando pasar la vida en este cuartito tuyo, tan blanco, tan minimalista, sin relojes ni tiempo. La luz, tenue como agua turbia y cálida a tu lado, se cuela entre las selocias, seduciendo a la ventana que esta sobre nuestras cabezas, cabezas que reposan compartiendo almohada a duras penas. Cuanto espacio y nosotros tan pegados, tan juntitos, tan así. Frente a frente, por ahora; y es que me gusta observarte mientras te quedas dormido, es, simplemente, brillante. Tu piel, tu pelo, tus ojos sin esas gafas donde esconderlos, tus pecas, los rulitos de tu barba y tu boca entreabierta. Tan dulce, tan suave. Y me rindo ante ti, ante tanto amor. Y te tapo para que no tengas frío, y yo contigo, y a cambio una sonrisa tímida aparece confirmandome que estarás bien mientras yo duerma. Me giro, y me acurruco apartando el poco espacio que había entre nosotros, y tu te acurrucas también, apoyando tu cabeza en medio de mi espalda, como si de un refugio se tratase, y rodeandome con tu brazo. Y el refugio me lo das tu a mi, como si nada pudiera pasar entonces, como si el mundo dejara de girar y volviera a abrirse una brecha en ese universo que creamos una vez para escaparnos de todo. Y así nos quedamos, refugiados el uno en el otro, del ruido, de las prisas, del malestar, del estrés, de todo. Y te quiero más, mucho, aquí, ahora, así.
Que paz se siente al dormir a tu lado.

No hay comentarios: