domingo, 1 de septiembre de 2013

{ lo que más }

Cuántas veces nos salvó el pudor y mis ganas de siempre buscarte, pedacito de amor delirante, colgada de tu cuello un sábado de lluvia a las 5 de la tarde. Sabe Dios cómo me cuesta dejarte, y te miro mientras duermes, más no voy a despertarte, es que hoy se me agotó la esperanza, porque con los que nos queda de nosotros ya no alcanza.

Cuántas veces quise hacerlo bien, y pequé por hablar demasiado, no saber dónde, cómo, ni cuándo, todos estos meses caminando juntos ahora no parecen tantos. Sabe Dios todo el amor que juramos, pero hoy nada es lo mismo ya no vamos a engañarnos, que soy una mujer en el mundo que hizo todo lo que pudo y no te olvides ni un segundo que eres lo que más he querido en la vida.

No hay comentarios: